Amarse a uno mismo quizá sea una de las tareas más difíciles de llevar a cabo. Al saberse valioso y merecedor por el simple hecho de ser como se es, se accede con mayor facilidad a la felicidad y se sortean mejor los embates de la vida. Pero ¿qué pasa en el interior de los seres que se encuentran disgustados con su apariencia física? ¿Existe alguna manera de superar esa autopercepción distorsionada y poco saludable y desarrollar una buena autoestima aunque no se cuente con un cuerpo “perfecto”?

En esta ocasión quiero reenfocar la apreciación de la obesidad y las “imperfecciones” corporales desde una configuración que parte del amor propio y la autoaceptación, para con ello intentar que tú, querida lectora, querido lector (que quizá perteneces al 70% de la población adulta de México que sufre los trastornos de la obesidad[1]) que tal vez no estés conforme con el cuerpo en el que habitas, puedas reconsiderar tus parámetros y atreverte a amarte así, tal y como eres y con ello acceder al bienestar emocional que como ser humano mereces.

Los cánones ochenteros que promovían el cuidado corporal, fueron distorsionados hasta desembocar en un comportamiento que se ha alejado de lo saludable. Hoy día la industria de la moda en pro de sus necesidades macroeconómicas[2] ha determinado que, lo que es "in" es matarse de hambre; pesar lo menos posible se ha convertido en sinónimo de autocontrol y elegancia, las tallas minúsculas y las siluetas alargadas siguen invadiendo las pasarelas y como consecuencia los problemas de anorexia y bulimia son cosa de todos los días.

Paradójicamente a lo anterior, hay más personas que sufren de obesidad y se alejan del ideal de la extrema delgadez y con ello en los casos más intensos con grandes estragos para la salud[3].

Sin embargo y para ambos casos es pertinente pulsar el daño emocional de encontrarse en una sociedad que prioriza el exterior y se desinteresa del resto de la persona, lo que resulta sumamente pernicioso, porque además de afectar la dignidad humana, debilita las potencialidades de los afectados y su autoestima.

Un claro ejemplo de los estragos internos que estos estereotipos provocan, es la conclusión a la que llegó DOVE en 2011 en un revelador estudio con una muestra de 1200 mujeres entre 11 y 17 años, en la que se evidencio que sólo el 11% de las chicas se sienten cómodas utilizando la palabra “guapa” para describirse [1] .

La baja autoestima no discrimina edad, género o raza por ello hay que tomar consciencia de los motivos psicológicos que actúan de manera inconsciente, fecundando ideas discordantes con el amor propio. El fin es impugnar ante nosotros mismos, las creencias limitativas para el empoderamiento y logro de los objetivos personales y de aquellos que contribuyan amorosamente con la sociedad.

Encontrarse en medio de un ideal huesudo y un yo real carnoso pone a más de uno entre la espada y la pared, ya que por un lado existe el deseo (consciente o inconsciente) de cumplir con las pautas socioestéticas requeridas por la cultura y por otro están las necesidades psicológicas y a veces fisiológicas que orientan al cuerpo a alejarse del yo ideal.

Me gustaría que por un momento te tomaras el tiempo de contestar unas preguntas:

1.      ¿Cómo crees que sería tu vida si tuvieras la perfección física que ostentan las editadas fotografías de las revistas de moda?

2.      ¿Crees que tu vida se solucionaría y se abrirían oportunidades para ti a las que en tu físico actual no podrías tener acceso?

3.      ¿Si contaras con un cuerpo esbelto y delgado podrías encontrar el amor sin dificultad?

4.      ¿La gente tendría un mejor concepto de ti y recibirías mayor aceptación social?

Y aunque las respuestas son individuales recordemos, que hasta Cindy Craford -que en los 90’s fue una de las 3 top models más importantes a nivel mundial- dijo que ni ella se parecía cuando despertaba a las portadas de revista donde aparecía. 

Hoy más que entonces, los programas de edición fotográfica y los increíbles avances médicoestéticos logran que casi cualquiera, se vea como estrella de Hollywood. Sin embargo -como analizo en otro de mis artículos http://archic.jimdo.com/2013/05/30/es-la-belleza-un-factor-determinante-para-acceder-a-la-felicidad/ - el pensar que un “buen” físico es un factor determinante para acceder a la felicidad no es del todo cierto. La gente bella no siempre es feliz, no siempre es aceptada y no siempre le va bien.

Por tanto, es preciso lograr un acuerdo interior que permita obtener una autopercepción saludable, con responsabilidad y trabajo en uno mismo, para solucionar uno u otro exceso o el rechazo que tenemos al aspecto que exhibimos. El tener un generoso autoconcepto de nuestro propio ser, es el resultado de reconocer las cualidades que poseemos, porque aunque existan campañas tan inteligentes como la de Dove que apuesta por la belleza real y nuevos estándares; habrá un verdadero efecto sí y solo sí, tú decides que así sea. Aunándote a lo que bien dice Walter Riso en su libro Enamórate de ti, la premisa más saludable es que tú puedes decidir tu propio concepto de lo bello[4].

Apropiarse del amor saludable (ese que toma en cuenta el respeto a la dignidad propia y la de los demás) y que promueve una aceptación total de quién se es, es una tarea que parte del desarrollo emocional. La gente emocionalmente inteligente, es la que cuenta con los recursos interiores necesarios para enfrentar las vicisitudes inherentes al hecho de vivir y que desarrolla capacidades interiores como la empatía y la compasión. Además es la que a la larga puede acceder a un estado de plenitud con mayor facilidad que los que se dejan llevar por las convencionalidades y eligen que el inconsciente colectivo decida por ellos.

Construir un nuevo concepto que parta del interior es posible cuando en consciencia, se priorizan las cualidades que nacen de los valores universales, bondad, compasión, empatía, honestidad, ternura, protección, etc. Condiciones que exaltan un interior que habla de amor. La receta universal que abre puertas es amar y respetar al prójimo pero sobre todo amar y respetar a la única persona con la que lidiaremos toda la vida, un@ mism@.

Desde mi propia experiencia me atrevo a asegurar que la clave que permite desarrollar relaciones saludables con el yo y con los otros, es entender que todos los seres humanos tenemos dolores y vacíos por sanar, que no hay un solo ser que en el fondo no desee ser aceptado tal y como es y que todos tenemos defectos y lo único perfecto que existe es la imperfección. 

Platicando en una amena reunión social con  una destacada empresaria hidrocálida, me comentaba que la clave de la autoestima radica en el empoderamiento personal, que el 99% de las mujeres empresarias con las que compartíamos ese día la mesa, conocen sus capacidades y se saben valiosas y merecedoras y son tan aguerridas que construyen fuentes de empleo y promueven la economía local.

Concordando con su percepción y entre mis observaciones empíricas y mis lecturas me he dado cuenta que la gente con un buen nivel de autoestima tiene ciertas cualidades en común que quizá te sirvan como pauta para crear un nuevo yo empoderado:

-   Los empoderad@s confían en sí mism@s

-   Quién ostenta cualidades de autorespeto no permite que le dañen, se aleja de las situaciones y personas poco saludables y pone límites.

-   Quién se ama a sí mism@ no daña intencionalmente, sin embargo si en su humanidad comete errores, es capaz de resarcir.

-   La gente empoderada respeta su entorno, procura a los demás y se preocupa por el bienestar social.

-   Las personas empoderadas tienden a ser asertivas, justas y a tomar responsabilidad en todas las situaciones de su vida, en vez de buscar culpables, buscan soluciones.

-   El empoderamiento ve más allá de lo evidente y busca lo realmente substancial. Alguien empoderado no se deja llevar por la apariencia.

-   L@s empoderad@s eligen, no permiten imposiciones (tampoco imponen), utilizan la cognición para discernir qué es lo más saludable en todas las situaciones y tienen la capacidad de proponer diversas soluciones.

-   El empoderamiento se lleva excelente con la honestidad

-   L@s empoderad@s TOMAN DECISIONES

La belleza se acaba, dicen los mayores, de nuestro físico lo que importa es la salud, el resto es el alma bella y lo demás llegará por añadidura. Apostar por un cuerpo sano y pensamientos que consideren la integralidad y no solamente un físico perfecto es parte de la tarea.

Al final quienes deciden empoderarse son también los que optan por ver claramente y más allá del exterior, con o sin  sobrepeso. Son personas con consciencia, claridad y libertad que construyen para todos en armonía y equidad.

Y cada vez somos más los que nos incorporamos a esta visión de la belleza interna. Nuestro fin es que el amor inunde hasta los rincones más inhóspitos y sane el sentir, el ver, el pensar, para dirigirnos con todo ello a nuestro planeta y su humanidad.

Para comenzar a mejorar tu autopercepción te recomiendo el libro ENAMÓRATE DE TI del aclamado autor Walter Riso. Si lo compras en su versión digital (google lo tiene) contribuyes a cuidar los bosques. Te dejo un video genial donde el mismo autor explica el arte del amor propio.